martes, 22 de noviembre de 2011

Nuestro criterio de abordaje: hombre como tema- hombre como problema

La Antropología Filosófica  no se caracteriza por poseer un objeto, el “hombre”, el “ser humano”, dispuesto a ser estudiado con un método determinado. Cuando la AF se pregunta por el hombre como objeto de estudio sabe que ese objeto que se busca conocer es un sujeto, un sujeto que comprende, interpreta, valora, juzga, siente, sufre, se hace, es decir, que no es algo dado ni una esencia inmutable. Se trata de un sujeto que se conoce y se valora en su dignidad intrínseca. A su vez, el estudioso de la AF no puede prescindir de ser él mismo un hombre, es decir, que él es al mismo tiempo sujeto que enuncia el discurso y objeto sobre el que versan sus enunciados.

Esta problematicidad propia de la AF, lejos de ser un obstáculo, configura un ámbito favorable, si no “el ámbito” para analizar y reflexionar en clave intercultural sobre las diferentes concepciones del hombre, las cuales están habitadas por una tensión constitutiva entre su condición de expresiones históricas y su aspiración de universalidad.
Es en los albores de la modernidad, siglos XV-XVI, en la atmósfera intelectual del humanismo renacentista, cuando tiene lugar una amplia y profunda discusión acerca del lugar que ocupa el hombre en el universo y de las características específicas de la naturaleza humana, que conmueve las bases epistemológicas y axiológicas de la tradicional concepción del hombre.
Se produce entonces un desplazamiento desde el objeto hacia el sujeto, la pregunta filosófica ya no es ¿qué son las cosas?, o ¿por qué son las cosas? (esta última en alusión a la causa de todo lo existente), sino si es posible para el sujeto conocer con certeza, actuar con justicia, proyectar esperanzadamente el futuro.
Es el sujeto el que se coloca en el centro de las preocupaciones como consecuencia de una serie de transformaciones en todos los órdenes de la vida –económico, social, político, doméstico– que vienen produciéndose desde la baja edad media y repercuten en la vida cotidiana de las personas. En el plano de las representaciones, la Revolución Copernicana y la llegada de los europeos a América, constituyen hitos que condensan el sentido de este “giro antropológico”.


¿A qué llamamos "giro antropológico?
¿Por qué decimos que se inicia en la reflexión filosófica a partir de la modernidad?
¿Qué ideas entran en crisis y afectan la pregunta por el lugar y la naturaleza humana?
¿Qué significa que el hombre comienza a constituirse en problema del pensar filosófico?













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